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El estadio Kempes, tomado por la Conmebol

La toma de posesión del escenario mundialista cordobés es una de las condiciones que impone la Conmebol para la puesta en escena de la final Sao Paulo-Independiente del Valle,el sábado primero de octubre.

Por Hugo Caric

“La Gran Conquista”. El eslogan de la Copa Sudamericana, patentado como corresponde a estos nuevos tiempos del fútbol, le cae como anillo al dedo al presente de la Conmebol. Bajo la gestión de Alejandro Domínguez, su propio “Magno”, la matriz del fútbol continental ha logrado expandir sus dominios hasta lugares insospechados.

Cada año tiene 95 equipos rendidos a sus pies, atraídos por el oro de los premios (307 millones de dólares) y el espejito de la TV (314 partidos en vivo y en directo), repartidos entre los tres torneos de clubes que organiza cada año. Los otros son la Recopa y la Copa Libertadores de América, tradicional competencia que, en el colmo de las paradojas, mudó a Madrid su final de 2018, con los argentinos River y Boca como protagonistas.

Desde hace varias semanas, las inspecciones y los Zoom están a la orden del día. Hay línea directa entre la ciudad paraguaya de Luque, la sede de gobierno del fútbol sudamericano, y nuestro Panal. El motivo no es otro que la final de la Copa Sudamericana 2022, que el sábadoprimero de octubre tendrá a Sao Paulo de Brasil e Independiente del Valle de Ecuador disputándose en el Estadio Kempes un trofeo dorado y 1,8 palito verde.

En Córdoba ya saben de qué se trata. El año pasado, Defensa y Justicia y Lanús animaron en el mundialista de La Docta latardía definición de la Copa Sudamericana 2020. Aunque la pandemia motivó que aquella final se jugara sin público, las autoridades provinciales tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano las estrictas exigencias que impone la Conmebol.

De hecho, la Agencia Córdoba Deportes ya le pidió permiso a Domínguez & Asociados para seguir funcionando, aunque sea con una guardia mínima, en los días previos a la final. Según su estricto protocolo, la Conmebol toma “posesión” de los escenarios donde se juegan los partidos decisivos que están bajo su órbita con varios días de anticipación. Desde el pasado fin de semana “el Chateau” y su predio aledaño se encuadran dentro de lo que los popes del fútbol sudamericano denominan “zona libre de cotejos”. Significa que ya está vigente la prohibición de uso del estadio para cualquier otro partido o evento, con el afán de preservar el campo de juego, los vestuarios y todas las instalaciones afectadas a su puesta en escena. “Los tipos son muy exigentes”, aseguran desde este sector de la cancha.

La fiesta de pocos

En Uruguay, la alusión al modus operandi de la Conmebol no es tan políticamente correcta.“Se manejan como un Estado dentro de otro Estado”, aseguran. En noviembre del año pasado, el Centenario de Montevideoalbergó tres finales continentales en una misma semana: Atlético Paranaense-Bragantino (Sudamericana), Corinthians-Independiente Santa Fe (Libertadores Femenina) y Palmeiras-Flamengo (Libertadores).

“Era una buena oportunidad para abrir las fronteras luego de la pandemia”, justifican del otro lado del charco. “Nos exigieron un montón de cosas y después nos terminaron dando dos entradas de protocolo”, revela un funcionario en estricto off the record. Cuenta que la intendenta Carolina Cosse y la secretaria general Olga Otegui fueron las únicas autoridades de la capital uruguaya que estuvieron en el palco junto al centenar de representantes de los patrocinadores que, según el Manual de Conmebol, deben disponer en cada partido de “los mejores asientos del estadio”.

Y señalan que no fue tan importante el movimiento económico que generó el “combo” de finales. Sumando los tres juegos apenas se superó el aforo de 60 mil espectadores del escenario construido para el Mundial de 1930.

En Córdoba ya se sabe que el primero de octubre habrá unos 1.500 ecuatorianos y no menos de 11 mil brasileños en las tribunas del Kempes. Cada uno de ellos pagará 57 dólares para poder alentar a su equipo desde las ubicaciones denominadas Categoría 3 y que son las cabeceras Willington y Artime. Para “público general y/o público local” están disponibles los tickets de la Categoría 2 (Platea Gasparini), a un costo de 130 dólares, equivalentes a 35 mil pesos. En principio, no se venderán ubicaciones para la Platea Ardiles.

“Cabe esperar que este año las tribunas sean una fiesta del color y la alegría que caracterizan al fútbol sudamericano", se leyó en el comunicado que la Conmebol difundió el pasado 23de junio, cuando anunció el reemplazo del Mané Garrincha de Brasilia por el Kempes,en virtud del superclásico que‘Lula’ Da Silva y Jair Bolsonaro animarán en las urnas el dos de octubre.

Con 12.500 asistentes confirmados, equivalentes al 21 por ciento de la capacidad del Kempes, la Conmebol tiene asegurado el caché de 800 mil dólares que le pagará al subcampeón. El doble de esa cifra cobrará el equipo que levante el trofeo para las cámaras y lo reintegre antes de abandonar el estadio, según dispone el ítem 3.1 del minucioso vademécum de 232 páginas:“El trofeo de la CONMEBOL Sudamericana, propiedad de la CONMEBOL, deberá ser devuelto a la CONMEBOL antes de que el equipo vencedor abandone el estadio de la Final. El club ganador recibirá en propiedad, una réplica del trofeo y 55 medallas doradas, mientras que el club subcampeón recibirá 55 medallas plateadas”.

Palabra santa

La Conmebol cuenta con su propio ‘Reglamento de Seguridad’, un dossier de 45 páginas que, entre otras cuestiones, dispone la creación de una Gerencia de Seguridad, Competiciones y Operaciones. Es el organismo que se encarga de “brindar apoyo, capacitación y orientación” respecto a “normativa, planes operacionales, logística y análisis de riesgos destinados a la identificación, prevención y mitigación de cualquier amenaza que pueda impactar la seguridad y orden público” de sus competiciones.

En Córdoba le bajan el precio: “Al operativo lo hacemos nosotros”. Se estima que entre seguridad privada y pública habrá mil personas afectadas a la custodia de dirigentes, patrocinadores, autoridades, jugadores y público.

Más allá de marcar la cancha, los organismos de seguridad locales ya tomaron debida nota del Código de Conducta de la Conmebol, con su lista de 320 “objetos prohibidos” y un largo enunciado de proscripciones, que incluye“actos políticos”, “manifestaciones”, “exhibición de mensajes políticos, religiosos o comerciales”, “homenajes póstumos a hinchas”, “difusión por cualquier mediode lo que ocurra dentro del estadio anfitrión” y “cualquier otra actividad que, a juicio de las autoridades, pueda comprometer la seguridad pública y/o dañar la reputación del evento”.

Por si queda alguna duda de quién es el dueño de la pelota, otro botón de muestra: “La CONMEBOL es la titular primigenia de todos los derechos del torneo CONMEBOL Sudamericana, como evento colectivo, así como de los eventos relacionados con este torneo, celebrados dentro y fuera de su jurisdicción, sin restricción en cuanto a su contenido, tiempo de celebración y ley del lugar de celebración” (Manual de Clubes, capítulo 1, versículo 2).

“La casa está en orden”, aseguró el paraguayo Domínguez. No lo hizo desde un balcón, sino en el salón de convenciones de un lujoso hotel de Doha, donde -previo al sorteo del Mundial- se celebró el 75 Congreso Ordinario de la Conmebol. El primero de octubre, cuando el hombre esté sentado en el palco del Kempes, se cumplirán seis meses de su confirmación como mandamás del fútbol sudamericano hasta 2027.“Hay gestión profesional, transparencia administrativa y solidez institucional. Ahora es el momento de salir a conquistar el mundo”, declaró aquella vez en tono desafiante. A su lado sonreía el argentino Claudio “Chiqui” Tapia, consagrado por la votación unánime de sus pares como el número dos en la línea de sucesión.

Segunda vuelta

Sao Paulo e Independiente del Valle ya saben de qué se trata. Mientras los brasileños buscarán repetir el título que obtuvieron hace una década en una polémica definición ante Tigre, los ecuatorianos intentarán emular la vuelta olímpica que dieron en 2019 tras vencer a Colón de Santa Fe.

Sao Paulo, que tiene en sus filas al cordobés Nahuel Bustos y también a Jonathan Calleri y Giuliano Galoppo, llega al partido decisivo con nuevetriunfos, un empate, dos derrotas y 2,8 millones de dólares acumulados en premios. En la primera fase se adjudicó el Grupo A, que compartió con Ayacucho de Perú, Everton de Chile y Jorge Wilstermann de Bolivia, y en la etapa final eliminó sucesivamente a Universidad Católica de Chile y a sus compatriotas Ceará y Atlético Goianense.

Será su tercera presentación oficial en el Kempes, donde enfrentó a Talleres en la Copa Mercosur 2001 (0-0) y en la Libertadores 2019 (0-2).

Por su parte, Independiente del Valle se sumó a la Copa Sudamericana 2022 como uno de los ocho equipos “transferidos”, luego de terminar tercero en el Grupo D de la Libertadores, donde compitió con Deportes Tolima de Colombia y los brasileños Atlético Mineiro y América. Viene de eliminar a Lanús, Deportivo Táchira de Venezuela y Melgar de Perú, y suma siete triunfos, tres igualdades y dos traspiés, además de 3,7 millones de dólares en ganancias. Tiene siete argentinos: el entrenador Martín Anselmi y los futbolistas Mateo Carabajal, Richard Schunke, Cristian Pellerano, Lorenzo Faravelli, Lautaro Díaz y Jonatan Bauman.

Con televisación para 200 países, Sao Paulo e independiente del Valle animarán el partido número 157 de la Copa Sudamericana 2022, que contó con la participación de 56 equipos, incluidos los argentinos Independiente, Racing, Lanús, Banfield, Defensa y Justicia y Unión de Santa Fe.

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