Sandra Ceballos: "Capacitar y contener es muy importante, pero si no hay una salida laboral real todo eso no sirve"

La Organización Civil Las Omas nació en 2011 y desde entonces ha consolidado su trabajo sobre tres pilares fundamentales: la contención, la capacitación y sus unidades productivas. Actualmente trabaja en la puesta en pie de una nueva sede, que le permitirá seguir creciendo con una mirada integral sobre la problemática de las mujeres de la zona de Chacras de la Merced.

Por Guillermina Delupi

Todo a pulmón. A fuerza de inventiva y de una tenacidad que sólo comprenden quienes no tienen nada que perder y todo por ganar.

Sandra Ceballos forma parte de un grupo de mujeres aguerridas que conforman la Organización de Mujeres Argentinas Solidarias, una asociación civil que nació hace once años, agrupando mujeres que se sentaban en una placita a esperar que sus hijos salieran de la escuela, en parte por razones económicas, pero también para evitar las consabidas situaciones de violencia en sus casas.

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Asentadas en Chacras de la Merced, donde están obligadas a convivir con la contaminación que generan los residuos cloacales en la zona, de la plaza pasaron a la cocina de un salón comunitario y con el tiempo fueron afianzándose, contándose las unas a las otras sus historias de vida. “Una habla, la otra escucha y empieza a armarse una red de contención comunitaria”, dice Ceballos.

A partir de esa relación que sólo puede generarse en el marco de conversaciones tan íntimas, este grupo de mujeres se consolidó como una organización capaz de conseguir todo lo que se propone sin perder el objetivo: crecer en la creación de unidades productivas que les permitan valerse por sí mismas.

- A la hora de hablar de contención, ¿cuentan con asistencia profesional?

- Teníamos una psicóloga que venía y daba talleres para mujeres en situación de violencia. Y durante un año tuvimos una pasantía de una psicóloga que puso el Colegio de Psicólogos de Córdoba. Pero desde el año pasado empezamos a pagar nosotras a una profesional que tenemos de forma permanente; y después de una lucha de más de seis meses con la Iglesia de acá de la zona para que nos dejaran usar las salas de catecismo que se usan solo los sábados, nos han permitido que la psicóloga atienda ahí cada semana, los martes y jueves.

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- ¿Reciben algún tipo de ayuda estatal?

- No. Lo que sí logramos es que este año la Municipalidad nos diera por cuatro meses un subsidio de 180.000 pesos mensuales.

- ¿Y de la Provincia o la Nación?

- No. En Provincia la ayuda que logramos tener un par de años, aunque este año se hizo muy difícil, fueron los capacitadores para dar los cursos.

- ¿Y qué pasó este año?

- Empezaron a exigir el analítico. Pero, por ejemplo, la mujer que está dando clases de cocina, que es una excelente cocinera y sus clases son increíbles, no tiene el secundario terminado. Fue una pena porque ella incluso habla de nutrición en sus talleres, así que una donante pone el dinero para pagarle. Ella cobra, pero no es suficiente.

- Entonces, ¿cómo se financian?

- Hacemos ferias americanas porque tenemos muchas donaciones de ropa. Entonces seleccionamos las mejores prendas y luego, la ropa que es de algodón pero que no está en condiciones, va a parar a la Unidad Productiva de los Trapos.

- ¿Qué es eso?

- Recortamos retazos de algodón, los embolsamos en bolsas de diez kilos y se lo vendemos a la Coca Cola. Ellos utilizan estos recortes para el área de mantenimiento. Pero en realidad lo usan además un montón de empresas.

- ¿Cuánto le proveen a la Coca Cola?

- Aproximadamente 400 kilos por mes y la buena noticia es que ahora hemos logrado también una mejora en el precio. Actualmente trabajan en esa unidad quince mujeres, pero vamos a sumar más porque este año empecé a participar de las Mesas del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social), que agrupa a cooperativas y organizaciones que tengan un servicio o una actividad productiva y ellos han empezado a acompañar ese proceso. Ahí conocí a una chica que trabaja en un lavadero industrial, donde tienen muchas cosas de algodón: batas de cirugía, sábanas, cubrecamas, todo es de algodón y no saben dónde llevarlo. Además, fuimos a hablar con el Hospital Italiano y conseguimos que nos donaran 500 kilos de trapos, en solo una semana. También estamos cerrando un acuerdo con el Sanatorio Allende. Son muchísimas las industrias que usan estos insumos, para ellas es importante y a nosotras nos da la posibilidad de proveer a empresas como Renault, Arcor, Bagley, Volkswagen.

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- ¿Cuántas mujeres orbitan alrededor de la organización?

- Son alrededor de 300, pero no todas están en una unidad productiva. Aunque sí tenemos muchas en los cursos que dictamos.

- ¿Cuáles son los ejes de Las Omas?

- Capacitación, contención y producción. Porque vos podés contener a mujeres que están en situación de violencia y las podés capacitar para que tengan una herramienta para moverse en la vida, pero si no les das la posibilidad de que tengan un ingreso y sean autónomas económicamente, todo lo otro no sirve. Y eso lo hemos podido ver durante todos estos años, por eso hace ya más de tres años que estamos haciendo mucho hincapié en las unidades productivas, para que puedan tener una salida laboral real.

- ¿Además están construyendo un nuevo espacio?

- Sí, la sede nueva va a estar en Camino Chacras de la Merced Kilómetro 6 y ½, a cincuenta metros de donde estamos ahora. Son 1500 metros de terreno que logramos que la Provincia nos diera en comodato por 99 años. Y junto con Ingeniería sin Fronteras (NdR: es una asociación civil interdisciplinaria sin fines de lucro que trabaja por el desarrollo local de comunidades en situación de vulnerabilidad) hicimos el proyecto para construir nuestra propia sede.

- ¿En qué etapa están?

- Recién en la primera etapa. Hemos puesto mucho dinero porque es un terreno que tuvimos que rellenar.

- ¿Contaron con ayuda para hacerlo?

- Sí. Lo hicimos a través del Fondo Ayudar. Pero fueron dos millones de pesos por única vez, que lo hemos hecho valer por diez.

- ¿Cómo sigue el proyecto?

- Hicimos la base y estamos levantando la parte administrativa, baños y cocina, pero no tenemos el Salón de Usos Múltiples, que es lo más importante. No llegamos con el dinero. Y sin el SUM es más un problema que una solución. Pero bueno, la idea es terminar la primera etapa de la obra en marzo.

- ¿Y cuál es el plan de financiamiento?

- Aplicar a todo lo que podamos. Y usar la inventiva. El mes pasado la maratón que hace todos los años la Universidad Siglo 21 estuvo vinculada a nuestra organización y recaudamos un millón de pesos. Y a partir de esa actividad se nos han ocurrido algunas actividades más; por ahora no podemos adelantarlas porque aún no están cerradas, pero si salen, serán una fuente importante de ingresos.

- En esto son fundamentales las conexiones y los vínculos, ¿no?

- Sí, porque con las ayudas del Estado siempre termina siendo insuficiente.

Unidades productivas con mirada ecológica y ambiental

Convencidas de que sin salida laboral no hay contención ni capacitaciones que alcancen, desde la organización civil Las Omas ponen el foco en la creación de diferentes unidades productivas para generar ingresos entre sus integrantes. “Hacemos catering. Hay mujeres que tejen para una marca de ropa: son cinco tejedoras que hacen un trabajo muy artesanal. Tenemos también una unidad textil que se dedica a la confección de bolsas de lienzo; la idea es, con una mirada ecológica, eliminar las bolsas plásticas que incluyen la fiselina. La gente cree que la fiselina es una bolsa ecológica y no lo es, lo único que tiene es que dura un poco más de tiempo que una bolsita de plástico común”, detalla Sandra Ceballos. Otra de las unidades productivas es la del reciclado verde de textiles. “Nos convocó la Municipalidad junto a otras dos organizaciones para el Centro Verde Textil, donde van a parar los residuos textiles de las empresas y de la gente particular”, resume. Además, hay mujeres en ‘Mujeres en Obra’: “Se están capacitando en construcción y ya están trabajando en nuestra sede propia. Holcim les ha enseñado a hacer mezcla y ahora están aprendiendo con la gente de Blangino a poner pisos. Y hemos conseguido una donación de vidrios de la Coca Cola, que nos va a servir para hacer los pisos”.

Con vocación de servicio

Sandra Ceballos se reconoce peronista “de sangre y asegura que el peronismo es algo que no se puede explicar". “Mi papá trabajaba en la Fundación Eva Perón y él tenía el peronismo en sus células. Y me parece que yo salí igual, porque soy así desde chiquita”, cuenta entre risas. Perteneciente a una familia obrera, Sandra nació en el barrio de Alta Córdoba y cuando tenía tres años se mudaron al barrio Mariano Fragueiro. “Ese es un barrio muy humilde y en la esquina de la casa a la que nos mudamos vivía una familia muy pobre; cuando llovía, los niños jugaban en la cuneta y sus juguetes eran tarritos o botellitas. Entonces, un día le dije a mi mamá que quería regalarles juguetes míos a esos chicos, porque yo era muy mimada y tenía muchos. Pero mi mamá empezó a separar juguetes que no estaban en tan buen estado y yo me enojé porque quería regalarles los mejores”, recuerda. De mayor, trabajó en las Unidades Básicas, de la mano de su padre, y acompañaba a una amiga que estudiaba Trabajo Social a Villa Urquiza, a hacer prácticas para su carrera. “Estoy involucrada desde que nací”, dice.

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