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¿Se justifica el millonario acueducto que impulsa Schiaretti?

Cuando las aguas ya no bajen de las sierras. Mientras el estado de contaminación de las aguas del Lago San Roque pone en peligro la provisión de agua potable para la ciudad de Córdoba, la Provincia decidió construir un acueducto desde el río Paraná, que requerirá de varias estaciones de bombeo para poder trasladarla pendiente arriba.

Por Roy Rodríguez

El día en que el acueducto entre Santa Fe y Córdoba se complete habrá cambiado para siempre una de las imágenes culturales más representativas de los cordobeses: el agua ya no bajará de las sierras, sino que llegará desde más de 350 kilómetros, a contrapendiente, subiendo más de un metro por kilómetro. La obra financiada por el Fondo Kuwaití para el Desarrollo Árabe costará, según los números oficiales, 441 millones de dólares. Aguas arriba,el lago San Roque, que provee agua al 70 % de la ciudad de Córdoba, presenta en un 16 % de su superficie cubierta por cianobacterias, unasmicro algas relacionadas con la contaminación y peligrosas para la salud.

Raúl Montenegro, titular de la Fundación para la Defensa del Medioambiente (FUNAM), opina sobre el acueducto: “Es una obra capricho. Porque en realidad, en vez de mejorar el manejo de las cuencas hídricas locales, se hace un trasvasamiento de cuenca, sin que se haya hecho toda una matriz para ver todos los impactos negativos que esto supone”.

Entre Coronda y la ciudad de Córdoba hay unos 383 kilómetros. Poco más de 310 en línea recta. La ciudad santafecina se encuentra a 19 metros sobre el nivel del mar. Córdoba a 389. Serán necesarias al menos siete estaciones de bombeo con motores eléctricos para impulsar el agua, sólo en el tramo de la Fase 1 entre Coronda y San Francisco. La planta potabilizadora estará ubicada en Coronda, junto a un brazo del Paraná y en su etapa final prevé una capacidad de procesamiento de 14 mil metros cúbicos por hora, que proveerá a una cañería de 1.700 mm en su primer tramo. La obra, según los números oficiales, beneficiaría a 83 localidades de la región pampeana de ambas provincias, 36 en el territorio cordobés.

Según Raúl Montenegro, para su realización se pasaron por alto las normas provinciales y nacionales que exigen la realización de audiencias públicas y estudios de impacto ambiental. “Al no hacerlos, como debiesen haberlo hecho, muchos de los temas controvertidos no se discuten. Corresponde hacer una denuncia penal por incumplimiento de los deberes de funcionario público, pero claro, caería dentro del ámbito de la provincia, donde un sector importante de la Justicia está totalmente colonizado”, afirma.

En la web puede consultarse el Aviso de Proyecto de la etapa 1. Data de 2019 y carece de firmas oficiales. El mismo cita la ley 10.208 sobre las audiencias públicas ambientales. MI Córdoba reclamó ante el Ministerio de Servicios Públicos y la Secretaría de Recursos Hídricos los documentos previstos por ley, pero no hubo respuesta oficial.

Uno de los principales cuestionamientos relacionados con la obra es la cantidad de energía necesaria y las emisiones previstas para mover el agua, en momentos en que se profundiza una crisis energética global.

Según el documento, el acueducto proveerá a Córdoba del 18 % de la totalidad de agua destinada a consumo, mientras que el dique de los Molinos proveería el 46 % y el 36 % restante seguiría llegando del lago San Roque.

El acuerdo entre los gobernadores de Córdoba y Santa Fe, Juan Schiaretti y Omar Perotti, se anunció cuando el río Paraná se encuentra en un proceso de varios años de bajante histórica. “La bajante tiene mucho que ver con la tala de bosques que hubo en el Amazonas para plantar soja”, cuenta Rafael Lajmanovich, profesor titular de la cátedra de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional del Litoral e investigador principal del Conicet.

Incendios y contaminación

Los incendios y el desmonte son algunas de las causas del deterioro de las cuencas serranas. Córdoba perdió el 74 % de su bosque nativo en los últimos 100 años. Ese proceso que se aceleró con la llegada de la soja y la especulación inmobiliaria. El cambio de usos del suelo, según los especialistas,genera emisiones de carbono que acentúan las sequías y el cambio climático, permitiendo a su vez el avance de incendios, que reducen de forma significativa la capacidad de las sierras de “fabricar agua”. Los restos de esos incendios contribuyen además a la eutrofización de espejos de agua como el lago San Roque, elevando la cantidad de minerales presentes en el agua.

MI Córdoba publicó recientemente un informe acerca de la calidad de agua que se consume en la ciudad. Las muestras tomadas por el licenciado Ezequiel Molfino en una casa de zona norte de la ciudad, mostraban que el nivel de toxinas era no apto para la salud. La situación fue desmentida por el ERSEP y motivó una denuncia de la diputada Luciana Echeverría. Medardo Ávila Vázquez, especialista e integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, confirmó que el agua que se consume en la ciudad es peligrosa para la salud.

La contaminación del Lago San Roque tiene sin embargo larga data.Carlos Matheu fue el fiscal que instruyó la causa por agrotóxicos en Barrio Ituzaingó. En 2018 realizó una denuncia penal por vertidos de “efluentes crudos” en el lago. Fue a partir de informes de la propia Policía Ambiental. Desde la Fundación Lucha contra la Contaminación Ambiental en Defensa de la Salud (LuCaDeSa) presentólas pruebas ante la Fiscalía de Primera Nominación de Carlos Paz. Detallaba cómodecenas de hoteles y establecimientos gastronómicos de la ciudad y la zonavertían de manera clandestina sus efluentes, sin tratamientos, al lago. “Estaban identificadas incluso las personas, pero no pasó nada. La causa está cajoneada desde hace años”, se lamenta.

La argumentación de Matheu incluyó los informes que mensualmente hacen el Instituto Nacional del Agua y el de la Región Semiárida (INA –CIRSA). “En enero- febrero de 2018 ya decían que el Lago San Roque se encontraba en estado total de contaminación y que dada la presencia de las cianobacterias se recomendaba que la gente no tuviera contacto con el agua. Y sugería a las plantas potabilizadoras que arbitraran todos los medios necesarios para tratar de eliminar esas cianobacterias. Eso iba fundamentalmente para Aguas Cordobesas”, recuerda.

Juez y parte

Los informes mensuales de INA-CIRSA son públicos y pueden consultarse en la web del Instituto Nacional del Agua. Se realizan recolectando aguas en diferentes puntos de la cuenca del San Roque.“Las muestras se envían a los laboratorios de Aguas Cordobesas para ser analizadas”, dice una comunicación oficial publicada la semana pasada en Argentina.gob.ar. Aguas Cordobesas es la empresa del grupo Roggio que debe potabilizar y distribuir el agua en la ciudad.

Una publicación del año 2013, realizada por el propio equipo de INA CIRSA, ya recomendaba a los organismos oficiales acciones de prevención sobre el Lago San Roque como la “planificación y regulación del uso del suelo de sus cuencas y costas, monitoreos mínimos continuos, difusión y fomento de la cooperación interinstitucional, participación en la gestión de los actores locales y habitantes de la cuenca”. Una década después, los emprendimientos inmobiliarios privados continuaron. Y el gobierno provincial dispuso la realización grandes obras que estuvieron lejos de aquellas recomendaciones, como la autovía de Punilla o el puente José Manuel de la Sota, a las que se opusieron asambleas de vecinos y ambientalistas que reclamaban por la protección de áreas naturales.

Otras obras

Recién el año pasado se pusieron en marcha las primeras licitaciones para construir plantas de tratamientos cloacales en la zona de influencia del lago. Según la Provincia, se prevé la construcción de plantas de tratamientos cloacales en la cuenca media por U$S 22.449.550, en la oeste, por U$S 6.232.062 y en la sur por U$S 8.109.631, además de la construcción redes de cloacas en Carlos Paz por U$S 1.038.403.Esa ciudad cuenta con una planta de tratamientos cloacales construida con fondos nacionales. Sin embargo, apenas el 30 % de los hogares está conectado a la red.

Los casi 38 millones de dólares previstos para esas obras significan menos del 10 % del costo del acueducto Santa Fe – Córdoba. Informes oficiales afirman que la recuperación del San Roque “podría llevar entre 15 y 20 años.”

En ese marco, Rafael Lajmanovich se pregunta acerca de los posibles impactos que pudiera tener el acueducto Santa Fe – Córdoba sobre la biodiversidad, por ejemplo, por conectar ecosistemas distantes y diferentes. Y mientras resalta el derecho universal de acceso al agua, reflexiona sobre las implicancias de la obra: “Más que una solución, parece parte del problema”, dice.

Para Raúl Montenegro se trata de “un proyecto faraónico, hecho por un faraón con muy poco conocimiento de cómo funciona ambientalmente la provincia, pero que sabe cómo funciona el mecanismo que ha montado para llegar desde el capricho hasta el financiamiento, la finalización y la inauguración. Lo que pase después, obviamente, no le importa demasiado”.

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