Por Guillermina Delupi
Héctor "Pichi" Campana: "La violencia no es parte del deporte, es parte de la sociedad"
El presidente de la Agencia Córdoba Deportes se sumó a la carrera para disputar la intendencia de la Ciudad. Con un año cargado de eventos en materia deportiva, el precandidato a intendente advierte sobre el descreimiento de la sociedad en la clase dirigente y señala que son necesarias políticas concretas que ayuden a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos
Fotos por Diego Cabrera
El ex basquetbolista Héctor “Pichi” Campana brilló en su carrera deportiva durante casi treinta años: fue tricampeón de la Liga Sudamericana de Básquet, seis veces campeón de la Liga Nacional con Atenas, una vez campeón de la Liga Nacional con GEPU y el máximo anotador de la historia de la Liga Nacional. Convencido de la participación ciudadana, en 2001 entró en la política de la mano de Carlos Rossi. Fue concejal y más tarde vicegobernador de Juan Schiaretti. Pese a que la Agencia Córdoba Deportes le demanda mucha atención -sobre todo los fines de semana, momento fuerte de la actividad- disfruta de pasar tiempo en su casa, rodeado de su familia y sus amigos. “Aunque me cuesta encontrar momentos de relax, el equilibrio es fundamental para rendir bien en mi actividad”, dice.
- ¿Cómo estás arrancando el año?
- Bien. Con mucho trabajo. Pensamos que íbamos a tener un año un poquito más relajado pero acá la actividad deportiva, sobre todo después del Mundial, hizo que comenzáramos promediando enero con la Copa Clásica de Córdoba y el primer Talleres-Belgrano en el Kempes. Después, el amistoso Instituto-Colón y otros partidos del interior. Y ya empieza el torneo, o sea que prácticamente no hemos tenido descanso. Pero la actividad deportiva es así, el año pasado fue intensa y todo hace prever que este año va a ser igual.
- ¿Cómo empezó tu carrera en el básquet?
- Empecé a jugar de casualidad (se ríe). Siempre digo que fue el destino el que me cruzó con el deporte porque cuando éramos chicos en mi casa teníamos una pileta a la que venían los amigos del barrio. Los chicos crecimos y ya los despioles que hacíamos eran importantes, así que los adultos decidieron mandarnos a todos a un club; el más cercano era Redes Cordobesas y ahí íbamos a la pileta. Y como durante el resto del año no hacíamos nada y nuestros padres pagaban la cuota todo el año, nos pidieron que fuéramos a hacer algún deporte. El deporte principal que había era el básquet y así surgió mi historia.
- ¿Y fue amor a primera vista?
- Sí. El primer día que jugué llegué muy contento a mi casa a contarle a mi mamá que había convertido un doble, así que seguramente ese fue el doble más importante de toda mi carrera.
- Carrera en la que estuviste más de veinte años.
- Y más. Porque empecé a los diez años y me retiré a los 39. O sea que estuve casi treinta años. De los cuales veinticinco fueron en primera división.
- ¿Hacés un buen balance de esa época?, ¿te arrepentís de algo?
- No, todo lo contrario, creo que voy a estar en deuda eternamente con el deporte. Primero porque me formó como persona. No dejo de repetir que el deporte es una herramienta educativa muy importante. Creo que todo lo que hago y lo que puedo hacer tiene mucho que ver con mi carrera deportiva o con mi formación como deportista.
- ¿Aplicás mucho de ese aprendizaje hoy en la función pública?
- Muchísimo. Todas las cosas que uno aprende en tantos años, la seriedad en el trabajo, la responsabilidad que cada uno tiene en su función, todo eso se puede aplicar no solo a la función pública sino a cualquier actividad en la vida. El deporte te ordena, te forma. Me siento muy orgulloso, más allá de que obviamente uno después puede tener tal o cual formación en una carrera, creo que esencialmente las bases para relacionarse o para trabajar en conjunto ya sea en una empresa, en una sociedad o en este caso en la función pública, tiene que ver con esto.
- Se aprenden muchos valores...
- Sin duda. Y eso es fundamental. Crecés en un ámbito donde se tienen que respetar reglas. Hay muchas virtudes que te da el deporte.
- Dentro del deporte, la violencia es un tema recurrente, ¿pensás, como dicen algunos, que es parte del folclore?
- La violencia no es parte del deporte, es parte de la sociedad. Creo que son las diferentes realidades sociales las que llevan a que determinada persona sea violenta, no creo que el deporte te haga violento, más allá de que haya deportes que a lo mejor tienen mucho más contacto que otros. En ninguna disciplina te enseñan que hay que ser violento para ser deportista, para jugar bien o lograr éxito. La violencia está en la sociedad, lamentablemente muchas veces se estigmatiza tal o cual deporte, pero esencialmente el deporte transmite valores y educa. El fanatismo tiene que terminar en el resultado, obviamente sabemos que muchas veces se exacerban los ánimos en algunos partidos o eventos deportivos, entonces hay gente que utiliza la violencia como forma de dirimir situaciones y eso está muy mal.
- ¿Creés que los clubes de los barrios juegan un papel importante en este sentido?
- Absolutamente. Tienen un rol esencial porque cuando yo digo que el deporte es una herramienta educativa tiene que ver con el trabajo que hacen dirigentes y entrenadores conteniendo, educando y brindando un espacio acorde para realizar la actividad deportiva. Nuestro deporte está estructurado en base a las actividades de los clubes y son fundamentales, sobre todo en aquellos sectores más vulnerables donde la violencia puede ser más constante por las situaciones de carencias que el propio lugar de residencia y el entorno van generando.
- Y que se acrecienta con la crisis.
- De eso no hay dudas. En un país donde tenemos a la mitad de la población bajo la línea de pobreza es innegable que va a haber situaciones de violencia y tenemos que trabajar mucho. La sociedad hoy está muy violenta, muy encrespada, cualquier chispa enciende una mecha que es muy difícil de apagar y tenemos que tratar de combatirla desde todos los ámbitos.
- ¿Ves un descreimiento cada vez mayor en la clase dirigente?
- Sí. La población descree porque la situación, desde la vuelta de la democracia hasta hoy, está cada vez peor, salvo en algunos momentos donde hubo períodos en que la sociedad veía que mejoraba su calidad de vida. Pero hoy hay que hacer autocrítica y ver que la situación social y económica de nuestro país está complicada.
- ¿De quién es la responsabilidad?
- Tienen la mayor responsabilidad los dirigentes políticos porque son los que dirigen el barco, pero no son los únicos. En este barco estamos todos, entonces hay que tener un comportamiento responsable, trabajar en conjunto con los diferentes sectores sociales y hacer la autocrítica de que no estamos dando respuesta a lo que necesita nuestra sociedad para vivir mejor y tener expectativas de futuro.
- ¿Cómo y por qué entraste a la política?
- Fue en el 2001. Me invitaron dirigentes políticos con los que tenía relación por mi carrera deportiva y me pareció que era momento de involucrarse, de cambiar las cosas desde adentro. Creo que cualquiera tiene el derecho y la posibilidad de participar, solamente tiene que querer hacerlo. Hoy las posibilidades son diferentes, antes tenías que tener una carrera, militar desde chico. Hoy hay espacio para todos porque no solamente están quienes hacen política sino quienes son los cuadros técnicos, los que le ponen cabeza a los diferentes sectores de una administración. Nosotros en ‘Hacemos por Córdoba’ tenemos una dinámica de trabajo donde cada uno sabe cuál es su responsabilidad.
- Hablando de gestión, ¿cuáles son los puntos más débiles que tiene la gestión hoy?
- Mirá, siempre se puede mejorar todo. Yo no creo que uno esté absolutamente perfecto en todo lo que hace. Creo que tenemos una buena gestión, pero no nos conformamos. La situación económica es complicada por lo cual no podemos ser una isla, pero sí muchas veces la visión que tienen de Córdoba desde afuera es muy distinta a lo mejor de la que podemos tener desde adentro. Convivimos en el día a día y con dificultades, pero en otras provincias creo que la situación es muy distinta a la que se vive aquí en Córdoba.
- ¿Cómo te imaginás en los próximos diez años?
- No me atrevo a pensar tanto para adelante. Sí me preocupa lo que pueda pasar en nuestro país en el próximo tiempo, porque en la medida que no encontremos un rumbo general va a ser muy difícil encontrar soluciones particulares para mejorar la calidad de vida de la gente. Si no generamos sinergia entre el sector público y privado para poder mejorar los ingresos de la población vamos a seguir paliando crisis pero nunca pensando en crecer y en mejorar concretamente la vida de los ciudadanos. Si no generamos riqueza vamos a seguir siempre igual. No es sencillo porque evidentemente en tantos años no lo hemos podido hacer, pero sí tenemos el desafío de intentarlo.
Por la intendencia
Con el intendente Martín Llaryora consagrado por consenso como el candidato a suceder a Juan Schiaretti en la Gobernación, en el peronismo de Córdoba se largó la carrera por la sucesión en el Palacio 6 de Julio. Héctor “Pichi” Campana no titubea ante la pregunta: quiere ser intendente. Y está trabajando para ser el candidato del oficialismo en las próximas elecciones.
- ¿Qué te decidió a lanzarte como candidato?
- Ver que puedo hacer cosas y resolver situaciones, saber que tengo experiencia en diferentes puntos de gestión, que tengo una llegada a la gente que me ha hecho ver que puede ser el momento. Pero sobre todo, que tengo ganas de hacerlo. Si no sintiera que puedo hacerlo bien, no me lo propondría.
- Entraste a la política de la mano de Carlos Rossi y fuiste concejal de Luis Juez, ¿cómo te llevás con él?
- Lo respeto como dirigente político, pero no tengo trato.
- ¿Te imaginás como intendente de la ciudad?
- Sí, estoy trabajando para eso y espero que la gente también se lo imagine. Porque en definitiva, más allá de las cosas que yo pueda proponer, es la gente la que tiene que creer que yo puedo ser esa persona que le solucione los inconvenientes básicos que tenemos en la ciudad.
- ¿Sobre qué ejes se asentaría tu gestión?
- Continuar todos los cambios que ha realizado Martín (Llaryora), profundizar sobre todo con lo que tiene que ver con la economía circular; en tres años se enterraron cien mil toneladas menos de residuos y a eso lo tenemos que potenciar. Pero te lo resumiría así: estar cerca de la gente, con un oído en lo que necesita el vecino para poder solucionar las realidades que se viven en los distintos sectores de la sociedad. Y mucha participación, sobre todo en los centros vecinales.
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