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Sonia Torres: "No siempre fuimos toleradas en Córdoba"

La referente de Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba sigue buscando a su nieto, que este año cumplirá 46. Destacó que la organización ya recuperó siete cordobeses nacidos en cautiverio. Este jueves se sumará a la conmemoración del 24 M en las calles de la ciudad.

(Entrevista publicada en marzo de 2022)

Por Guillermina Delupi

Silvina Parodi -junto a diez compañeros más- estaba en una “lista negra” de quienes reclamaban el boleto estudiantil. Tenía 20 años cuando desapareció junto a su compañero, Daniel Orozco, de 22. Estaba embarazada de seis meses y medio. Testimonios de algunos sobrevivientes de La Perla prueban que Silvina tuvo allí a su bebé.

De esa hija desaparecida nació una abuela. La abuela Sonia, que desde entonces recorrió todas las cárceles del país buscándola y fue una de las primeras en sumarse a las incipientes reuniones en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires. Con una doble tarea en su haber (buscar a sus hijos, pero también a todos los nietos nacidos en cautiverio) nunca se rindieron, jamás bajaron los brazos. Ahora, gracias a un intenso trabajo de difusión y la creación de un gran archivo, muchos de esos nietos son los que las buscan a ellas.

En diálogo con Marca Informativa Córdoba, Sonia Torres recordó cómo fueron aquellos tiempos y destacó el crecimiento de la organización, que en Córdoba ya ha encontrado a siete nietos.

- Sonia, ¿Cómo estás?

- Muy bien. Contenta porque hemos logrado que el gobernador de Córdoba (Juan Schiaretti) nos ceda una de las propiedades de la Provincia (NdR: se trata de un inmueble de 300 m2, ubicado en Rivadavia 77). Aquí (en el pequeño local de Duarte Quirós 545, tercer piso, donde recibe a Marca Informativa Córdoba) ya no podemos funcionar más porque hemos crecido mucho y los jóvenes que vienen a buscar su identidad necesitan privacidad, un lugar tranquilo que les dé seguridad. Son muy desgarradoras las historias que nos cuentan y necesitan un espacio calmo. Este espacio es muy chico. La única salida que teníamos era pedirle al Gobernador que nos preste o nos dé un espacio. Y desde el primer momento él estuvo dispuesto. Buscamos un lugar y ya hemos firmado el acuerdo.

- ¿Ustedes eligieron el lugar?

- Sí, y es un lugar hermoso y céntrico. Nos habían ofrecido una casa en Alta Córdoba, pero es demasiado lejos. Los chicos siempre tienen dificultades para concretar las entrevistas: primero es telefónica pero luego tienen que venir acá a firmar una declaración jurada. Y si acá les resulta difícil, porque no saben con qué se van a encontrar, no por nosotras sino por el relato, un espacio en Alta Córdoba no era práctico para nosotros. Los chicos a veces cuentan que pasaron una vez, dos veces y no se animaron a subir. Así que elegimos esta casa, que está en pleno centro, en Rivadavia y 25 de mayo, frente a la Iglesia Nuestra Señora de La Merced y tiene una vidriera a la calle. Mejor no podríamos estar.

- ¿Y cuándo se mudan?

- Antes de fin de mes seguramente ya estaremos instalados allá. Nunca soñamos esto porque nuestra tarea empezó en 1977 en un lugarcito muy chiquito y prestado. Luego un gremio nos prestó un espacio un poco más grande. Y después, nuestros abogados, María Teresa Sánchez y Elvio Zanotti, nos regalaron este espacio en el que estamos ahora; pero ya nos ha quedado chico también.

- Si tuvieras que hacer un balance, desde el ´77 a esa parte, ¿Cómo sería?

- Al principio había mucha resistencia. No siempre fuimos toleradas en Córdoba. Hasta que la sociedad cordobesa fue conociendo la forma que nosotros usábamos para llamar a los jóvenes, para que buscaran su identidad. Siempre trabajamos desde el amor, a pesar de todo lo que nos pasó, nunca fomentamos el odio. Trabajar desde ese lugar es lo que nos ha llevado a que al día de hoy muchos sectores de la sociedad nos ayuden en esta búsqueda.

- ¿Cuándo surgió la idea de trabajar en un Archivo de los Desaparecidos?

- Desde que nos juntamos y nos dimos la mano para decir: hasta que el último joven recobre su identidad no vamos a dejar esta búsqueda. En ese momento se nos ocurrió que podíamos ir visitando a las familias de los desaparecidos para que nos fueran contando sus historias. Es una manera de que el nieto conozca a sus padres, dónde nacieron, a qué colegio fueron. Entonces, cuando aparece un nieto, le entregamos esa recolección de datos de esa familia que no conoció. Es muy reparador ese bibliorato que le damos al joven cuando recobra su identidad porque le permite conocer cuál fue la vida de su mamá y su papá hasta que los secuestraron.

- ¿Cuántos nietos encontraron en Córdoba?

- Hemos encontrado a siete ya. Acá hubo 22 abuelas, 22 jóvenes embarazadas. Todas eran de Córdoba pero no a todas las secuestraron y las desaparecieron acá sino en otros lugares, a donde fuera que se ocultaran.

- ¿Cómo ha sido el vínculo de Abuelas con los distintos gobiernos?

- Un poco difícil al comienzo. Cuando asumía algún presidente siempre nos hacíamos presentes. El primero fue (Raúl) Alfonsín, que no nos recibió inmediatamente pero luego nos dio las herramientas necesarias para seguir trabajando. Cuando asumió Néstor Kirchner para nosotros fue la gloria porque él estuvo siempre completamente a favor de Abuelas. Al mes de asumir nos recibió en la Casa de Gobierno y nos dijo que los hijos de los desaparecidos iban a ser algo importante en su gestión. Y así fue. El y Cristina (Kirchner) nos alentaron y nos dieron herramientas para seguir. Con la gestión anterior a la actual fue un tanto negativa, pero con esta estamos bien. Siempre trabajamos desde el amor, entonces no importa quién esté enfrente, nosotros seguimos con esta práctica y nos ha ido muy bien. Ya hemos encontrado a 130 jóvenes.

- ¿Y con los gobiernos locales?

- El actual gobernador siempre apostó por Abuelas de Plaza de Mayo.

- ¿Cómo ves a la Justicia en Córdoba?

- Después de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que para nosotros fue un traspié, algo que nunca creímos que íbamos a poder revertir, finalmente logramos llevar a los militares ante la Justicia y ahora están procesados y cumpliendo condena. Todos fueron juzgados. Aún se siguen algunos juicios pero se están sucediendo con regularidad y con mucho empeño por parte de los familiares.

- ¿Cómo se preparan para la marcha del jueves?

- El año pasado no lo permitieron los protocolos así que no la hicimos. Pero este año vamos a tomar los recaudos necesarios y esperamos que sea una marcha multitudinaria y en armonía, como lo ha sido todos estos años.

- Si pudieras soñar con una sociedad nueva, ¿Cómo imaginas que sería?

- Sería una sociedad en la que todos los jóvenes participen. Yo tengo mucha esperanza en ellos. La política no es una mala palabra. Ellos tienen que acercarse a militar para que tengamos un país más justo, para que toda la población tenga los mismos derechos y deberes. Es palpable cómo ellos pelean por una sociedad más justa, eso se ve diariamente. Y a eso han contribuido los que ya no están. Uno no deja de pensar todos los días en ellos, dieron su vida por una Córdoba más equitativa.

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Perfil

De las 22 abuelas que formaban parte de la organización cordobesa, Sonia Torres (92) es la única que está viva. “Las demás se han ido a las estrellas. Soy la única que queda. Pero no me canso. La pérdida de los hijos es algo muy desgarrador, que solo sabemos quienes lo pasamos. Entonces te levantás todos los días con la misma fuerza para buscarlos. Yo todavía no encontré a mi nieto. El 14 de junio cumple 46 años y lo sigo buscando con el mismo entusiasmo. Sé que no me voy a ir a vivir a las estrellas hasta que no lo encuentre y pueda reconocer en su rostro el de mi hija y de mi yerno que están solamente en una pancarta”, dice.

Sonia Torres tiene otros siete nietos (de dos hasta 42 años) y unos cuantos bisnietos. “Tuve tres hijos nomás. Tengo poquitos nietos porque se la llevaron a Silvina, su hijo nació y todavía lo estoy buscando. Y luego, porque mi hijo mayor murió de un ataque de asma. Así que son siete los nietos nomás. Y unos cuantos bisnietos. Tengo la gloria de conocer lo que es ser abuela”, reflexiona.

Todo por la identidad

El año pasado Sonia cumplía 91 años y en el marco de la situación sanitaria no pudo realizarse la tradicional marcha del 24 de marzo. Pensando en eso el periodista y escritor Alejandro Mareco le escribió la canción “La ternura es la armadura”, a la que músicos como Mery Murúa, Lucas Heredia y Silvia Lallana le pusieron voz.

Este año el cineasta Cristian Arriaga presentó en Tecnópolis la película “Abuelas”, que las tiene como protagonistas. “Esta película empezó a gestarse hace unos tres años. Es la vida de unas diez abuelas que vamos relatando lo que nos pasó. Es larga porque resume desde el ´76 hasta la actualidad, pero es tan dinámica que es muy lindo verla. El estreno tuvo mucho éxito y la idea es presentarla en otras provincias, Córdoba incluida”, dice Sonia.

Esta semana podrán verse además en Córdoba diferentes obras de teatro en el marco del 13° ciclo de Teatro y Derechos Humanos “Escena y memoria”.

El ciclo pondrá en escena once propuestas teatrales en los Sitios de Memoria de Córdoba capital y en Anisacate.

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