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El hombre baleado en el cuello durante un robo conocía a su agresor: "íbamos al colegio juntos"

Mientras se recupera en el Hospital de Urgencias, Félix Lallana reveló que el ladrón le disparó porque lo reconoció: "yo lo conozco porque hemos crecido juntos". También consideró que tuvo "un Dios aparte" que lo salvó de la muerte.

El hombre que el domingo pasado fue baleado en un violento robo a una verdulería de barrio Matienzo reveló que conocía al delincuente que le disparó. Félix Alberto Lallana, de 54 años, contó que se crió junto con el agresor que le disparó en el cuello a quemarropa, tras robar el negocio.

"En Bella Vista vive. Vivíamos juntos, íbamos al colegio juntos", aseguró Lallana a El Doce desde el Hospital de Urgencias, donde continúa con su recuperación. A causa de la herida del arma de fuego, la víctima perdió mucha sangre pero, afortunadamente, salvó su vida de milagro.

Sobre el dramático episodio del fin de semana, Lallana sostuvo: "Yo lo reconocí, le dije 'chabón, guanaco, qué te pasa, fuimos compañeros de colegio, cómo no te acordás de mí'". Y describió el momento del disparo: "Me dijo 'no me acuerdo, gil, otario'. Cuando me dijo así, ahí nomás ¡pum!".

La víctima aporta un dato fundamental para esclarecer una duda que perseguía a los investigadores: por qué le disparó, si ya los ladrones tenían el dinero y empezaban a huir sin que nadie se resistiera, con un dominio total de la escena del crimen.

Todavía con dificultades en el habla por las secuelas del balazo, Lallana insistió en su teoría de que el delincuente le pegó un tiro porque lo conoció. "Para que no diga nada, no hable de él", consideró. "Tuve un Dios aparte", reflexionó.

Los investigadores de Robos y Hurtos de la Policía, que trabajan bajo directivas de la fiscal Eugenia Pérez Moreno, todavía no lograron detener a ninguno de los tres delincuentes protagonistas del robo.

La víctima también habló con Cadena 3, donde también contó más detalles del robo y de su relación con su atacante: "El tipo creyó que yo era el dueño de la verdulería, como me vio entrar en la chata. Yo lo conozco porque hemos crecido juntos. Hemos ido a la secundaria nocturna juntos", afirmó Félix.

El hombre aseguró que los investigadores ya están al tanto de la identidad del ladrón, y agregó: “Yo sé cómo se llama, no me calienta un pito decir el nombre. No tengo problemas. No le pude decir nada porque estaba de espaldas. No me dejaba dar vuelta”.

Aún procesando todo lo que ha vivido en los últimos días, Lallana describió la escena: "Estaba boca abajo con sangre a los costados. Como si fuera una película de terror".

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A pesar de la compleja situación, la víctima aclaró cuál será su camino una vez que reciba el alta médica: "Voy a tener que seguir laburando, qué se le va a hacer. Hay que seguir trabajando, pase lo que pase".

Lallana recordó a familiares fallecidos, entre ellos un nieto, y recalcó: "Ellos desde arriba me han ayudado". Por otra parte, agradeció el gesto de sus vecinos. "Se han portado muy bien todos", afirmó a El Doce.

Félix y su familia saben que la recuperación va a ser larga, más allá de haber eludido a la muerte. Su trabajo, que hace cuatro días no puede realizar, es el sustento de los suyos. Por eso, han pedido que aquellos que puedan colaborar, que por favor los ayuden al alias Oslo.Puerta.Reno.

Además, este viernes, se realizará una choripaneada para recaudar fondos que permitan costear su recuperación y el día a día de la familia. Se llevará adelante desde las 20 en el domicilio de calle Julio Torres 1497, barrio Los Granados.

Cómo fue el ataque

El pasado domingo a la mañana, Félix Alberto Llana había ido temprano, junto a su padre y esposa, a una verdulería de calle Reconquista al 4100, de barrio Matienzo, en la ciudad de Córdoba.

Con su padre se ganan la vida repartiendo pan. Con su labor diaria, él logra el principal sustento para su familia. Junto a Claudia, llevan adelante un hogar conformado por tres hijos y un nieto. Una familia a la que no le sobra nada y en la que todos saben que el día a día es imprescindible para salir adelante.

El domingo temprano, Félix llevó a su padre a su recorrida matutina, luego de dejar el pan. El hombre iba a la verdulería y luego a una despensa, para lograr las provisiones de esa jornada.

Félix y su mujer se quedaron en la puerta, adentro del utilitario, esperándolo. Fue entonces que aparecieron tres delincuentes que se movilizaban en una moto. A punto de pistola, encañonaron al panadero, lo obligaron a bajar del rodado y lo metieron adentro de la verdulería. A su mujer no la vieron.

Una vez en el interior del comercio, creyendo que él era el dueño, comenzaron a exigirle que les dijera dónde estaba el dinero. Félix vio la caja registradora y se las señaló.

Lo pusieron de cara al piso y le apoyaron el caño de la pistola en el cuello.

Ya todo estaba terminando. Los ladrones tenían la caja con el dinero y comenzaban a huir, momento en que el que le apuntaba le disparó allí mismo, a quemarropa. La herida fue tremenda: el balazo le atravesó el cuello y le fracturó una vértebra. Félix casi se desangra.

Alcanzó a ser llevado al Hospital de Urgencias, donde los médicos trabajaron a destajo para salvarle la vida. Fue sometido a una cirugía de emergencia, lograron contener la hemorragia y permaneció casi 48 horas atado a un respirador mecánico, en coma.

Este jueves, Félix volvió a vivir. Aún conectado a diversos aparatos, con un cuello ortopédico que lo sostiene, se reencontró con Claudia. Los médicos indicaron que su recuperación asombra.

Con información de Cadena 3 y El Doce

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