Protesta frente a los tribunales de Río Cuarto

Y un día Nora fue reivindicada.

Por Hernán Vaca Narvaja / @HVacaNarvaja

Y al fin una mañana templada, con el sol acariciando el imponente edificio de los Tribunales de Río Cuarto, un nutrido grupo de manifestantes –en su mayoría mujeres- pusieron el cuerpo para exigir justicia por Nora Dalmasso y otras víctimas de femicidio. Fue el miércoles de la semana pasada, justo cuando el calendario marcaba los tres meses de un proceso judicial zigzagueante y por momentos disparatado, que pareciera conducir irremediablemente a la impunidad. “El Poder Judicial de esta ciudad es protagonista de una de las peores y más bochornosas investigaciones judiciales de la historia criminal argentina”, advirtieron sin preámbulos ni medias tintas las organizadoras en el documento que leyeron en la puerta del Palacio de Justicia, vallada y con fuerte presencia policial.

Lejos del hermetismo y las inusuales restricciones a la prensa que rigen dentro de la sala de audiencias, donde el juicio languidececon la incorporación por lectura de la abundante prueba documental, pericial, instrumental e informativa, les manifestantes advirtieron que “el femicidio de Nora Dalmasso transita su etapa final con el juicio que está en desarrollo desde el 14 de marzo”. “Si, más de tres meses –resaltaron-. Hoy vemos con preocupación que su femicidio, el que tuvo en vilo a toda la ciudad durante 16 años, puede quedar impune”, advirtieron en un texto consensuado por más de cuarenta organizaciones de la ciudad, que también exigieron justicia por los femicidios de Mónica Ordoñez, Oriana Giannini, Lara Gigena y Camila Carletti.

Les manifestantes recordaron que el primer día del juicio, el fiscal de Cámara Julio Rivero sostuvo que el crimen de Nora debía inscribirse en un contexto de violencia de género. “Sin embargo –advirtieron- los medios de comunicación nos cuentan que a Nora se la revictimiza una y otra vez en cada audiencia”. “Durante muchísimos años –agregaron- Nora fue la “mala víctima” y las investigaciones se centraron en sus presuntos amantes, en su vida íntima y todavía hoy, acá adentro, en estos Tribunales, a los testigos les preguntan qué opinan respecto a que Nora se acostaba con tal o cual persona. Otra vez en estos 16 años que lleva la causa, el poder político, económico y judicial de Río Cuarto hace lo que quiere con Nora Dalmasso”.

“Estamos acá para decirle al Poder Judicial que no queremos más impunidad. No queremos connivencia con el poder político y económico. Hoy nos concentramos acá para poner de manifiesto que si el crimen de Nora Dalmasso queda impune, el Poder Judicial de Río Curto llevará una mancha de por vida”, concluyeron.

Mezclado entre la gente, el hermano de la víctima, Juan Dalmasso, escuchaba en silencio, conmovido. Más locuaces fueron sus sobrinos, Facundo y Valentina Macarrón, que hablaron con distintos medios de comunicación para descalificar la convocatoria a la marcha en reclamo de justicia por su madre. “Creo que esta marcha pidiendo justicia por mi mamá es en realidad una marcha para presionar a que se condene a una persona inocente. Eso no es justicia”, se quejó el primogénito y primer imputado de la familia Macarrón en declaraciones en Canal 13 de Río Cuarto. “No apoyamos una marcha que se use para presionar a que se condene a una persona inocente como es mi papá, sin pruebas, como escuché decir a algunos periodistas, que para que la causa no quede impune hay que condenar. Eso por supuesto no lo apoyamos y esperamos no sea el espíritu de esa marcha, porque ya demasiado hemos sufrido como familia y yo como mujer como para que se siga promoviendo una injusticia”, le dijo Valentina a la periodista Magdalena Bagliardelli, del sitio web lamareanoticias.com.ar.

Cuando ya asomaba la siesta y el sol proyectaba las primeras sombras del imponente Palacio de Tribunales en el predio, las rejas que separan al Poder Judicial de la gente exhibieron por primera vez pequeñas pero decididas pancartas clamando justicia por las víctimas de femicidio en Río Cuarto, con la emblemática foto de Nora Dalmasso a la cabeza.

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