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Diez años sin hinchadas visitantes: "Para Córdoba, es cuestión de Estado que se juegue con ambas parcialidades", aseguró Frossasco

Comenzó como una medida transitoria pero se extendió en el tiempo hasta transformarse en una realidad sin horizonte de cambio: el fútbol argentino cumple este sábado una década sin hinchas visitantes en todas sus categorías de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

El presidente del Consejo de Seguridad Deportiva Provincial de Córdoba (Cosedepro), Marcelo Frossasco, garantizó como "una cuestión de Estado" el compromiso de la provincia de jugar con hinchas visitantes, una iniciativa desarrollada en algunos partidos en el estadio mundialista Mario Alberto Kempes.

"Son decisiones políticas, nuestro gobierno tomó esa decisión política, para Córdoba es una cuestión de Estado que acá se juegue con ambas parcialidades", explicó Frossasco a Télam.

Agregó que para eso "se necesitan tres requisitos fundamentales: el pedido del club local, avalado por el visitante, el consentimiento de la Liga Profesional y el diseño del operativo de seguridad por parte del Consejo".

Córdoba es una de las provincias que acepta la realización de partidos de la LPF con hinchas visitantes, una restricción que lleva diez años desde que fue implementada de forma general por AFA para combatir la violencia en los estadios.

En partidos puntuales, frente a rivales de importante convocatoria, el estadio Kempes reserva una cabecera para los simpatizantes rivales de los clubes cordobeses.

Durante la Liga en curso, Talleres recibió a San Lorenzo y River y les destinó a sus fanáticos unos 11.000 tickets a un valor de 10.500 pesos más cargo por servicio, ubicado por encima del precio de la entrada popular fijada por la AFA (3.500 pesos). También lo hizo Belgrano con los "Millonarios" antes de regresar a su estadio de Barrio Alberdi.

"En Córdoba no existe el público neutral", diferenció Frossasco en relación a otros distritos que albergan visitantes bajo esa figura, sin permitir identificación con camisetas y estandartes.

"No compartimos esa idea. Se juega con una hinchada o se juega con las dos, y cuando se juega con las dos, se asiste con camiseta, bandera y todos los elementos aprobados. La figura de neutral es riesgosa porque a veces van no sólo los simpatizantes del supuesto club visitante, sino de otros equipos y eso ya generó experiencias desagradables", finalizó.

¿Una causa perdida?

Motivada por la violencia en los estadios y mantenida por conveniencia política, la presencia de hinchas rivales en los partidos salió de la agenda del fútbol y constituye hoy un hecho excepcional, ligado estrictamente a una oportunidad económica para algunos clubes.

Autoridades de seguridad y dirigentes del fútbol consultados por Télam aceptaron que el retorno de los visitantes a las canchas es una posibilidad lejana y condicionada a factores sin solución en el corto plazo.

El costo de los operativos policiales, la logística de las barras, la falta de un sistema seguro para el expendio de las entradas, la capacidad de los estadios y el cambio cultural por una intolerancia naturalizada atentan contra el antiguo folklore que generaba la interacción de fanáticos de distinta camiseta.

"No veo entusiasmo de los presidentes de los clubes por la vuelta de los hinchas visitantes. Ninguno te habla de esa necesidad: primero por el costo de los operativos y después porque, al tener toda la cancha para sus hinchas, se evitan un montón de situaciones negativas", aseguró Eduardo Aparicio, responsable de la Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte (Aprevide), organismo encargado de la seguridad en la provincia de Buenos Aires.

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