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Fútbol y droga: relaciones peligrosas

En una causa por narcotráfico fueron condenados a prisión Pablo Esser y Brian Requena. Eran los respectivos presidente y líder de la barra brava de Sportivo Belgrano de San Francisco cuando fueron detenidos en 2020. Otro expediente vinculado a la venta de estupefacientes tiene como imputado al líder de "La Fiel", una de las facciones de la hinchada de Talleres. Se trata de Darío Cáceres, un barra con estrechos contactos en la política local.

Por Hugo Caric

Pablo Esser jugó por izquierda en Sportivo Belgrano. No sólo en sus tiempos de marcador lateral, en los que llegó a integrar el recordado equipo campeón de la Liga Cordobesa de Fútbol en 1994. El pasado 17 de mayo, el Tribunal Oral Federal N°1 -conformado por Jaime Díaz Gavier, Carolina Prado y Julián Falcucci- lo condenó a cuatro años de prisión como partícipe secundario de comercio agravado de estupefacientes y lavado de activos.

Esser era el presidente de La Verde de barrio Alberione -entidad cuyo equipo principal de fútbol milita en el Torneo Federal A- cuando fue detenido el 23 de setiembre de 2020, en el marco de una causa que conmocionó a la ciudad cabecera del Departamento San Justo. Se lo acusó de financiar -a través de “Dineral”, una firma de su propiedad que cambiaba dólares y cheques- actividades vinculadas al tráfico de drogas en una zona sensible: “La triple frontera” que separa a San Francisco de las ciudades santafesinas Frontera y Josefina. “La verdad es que nunca se supo bien de qué trabajaba Esser, porque a la financiera la tenía hace poco tiempo, pero nunca nos imaginamos que estuviera metido con el tema de las drogas”, reflexionó un experimentado periodista sanfrancisqueño.

Aunque meses más tarde le dictaron la falta de mérito por el delito de financiación al narcotráfico, el dirigente deportivo fue juzgado por haber facilitado, a través de distintas maniobras y a sabiendas de cuál sería su destino, los dólares que se utilizaban para la compra de la droga en Rosario.

Las primeras actuaciones estuvieron a cargo de Luis María Viaut, el fiscal recientemente condenado por tráfico de influencias y cobro de coimas. Posteriormente, la conducción de la investigación pasó a manos de María Marta Schianni, quien desempeña su tarea en Villa María. Aunque desde un primer momento las pesquisas despegaron de cualquier responsabilidad a Sportivo Belgrano, en el expediente quedó expresa constancia de que “muchas veces el dinero se contaba en la sede de la institución”.

Además de Esser fueron condenadas nueve personas más y otras cinco resultaron sobreseídas. La pena más importante -ocho años de prisión efectiva- recayó sobre Braian Emanuel Requena, el líder de “Los Mismos de Siempre”, una facción de la barra brava del club. Según consta en la documentación de la causa, tanto Esser como Juan Carlos “Cucho” Bosio, su mano derecha (también condenado, a tres años de prisión), sabían que Requena, quien hacía ostentación del exponencial cambio de vida que experimentó en los últimos años, se dedicaba “a la venta de la falopa”.

Contacto estrecho

"Yo no soy del negocio de la droga”, afirmó Esser en una entrevista exclusiva que le concedió a “El Periódico” de San Francisco en la semana previa al 21 de abril de 2022, el día que por primera vez se sentó en el banquillo de los acusados en los Tribunales del Parque Sarmiento. En ese momento, el directivo esperaba el proceso cumpliendo prisión domiciliaria, luego de una estadía de un año y tres meses en la cárcel de San Francisco.

"Que me hayan imputado financiación y comercialización del narcotráfico, lavado de dinero, es increíble. Yo le vendía dólares a Requena. Habrán sido unas cuatro o cinco veces. No le vendí más de 15 o 20 mil dólares en todas las operaciones”, aseguró el ex dirigente. “Esto es adrede por otra cuestión. Una disputa judicial en la que no tengo nada que ver”, añadió en esa nota.

Posteriormente, en una ampliación de declaratoria, Esser apuntó al fiscal Viaut (“me hizo una cama”) y contó que el funcionario llamaba a su familia para pedir dinero a cambio de beneficiar su situación procesal. Sobre este asunto, Maximiliano Hairabedián, quien tuvo a su cargo la acusación durante el juicio, expresó: “Con esa declaración (Esser) dio por sentado que cometía los delitos que se le reprochan. En todo caso, si existiera delito, sería otro diferente; no lo exime de éste, donde las pruebas están”.

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Juan Manuel Aróstegui, ex goleador y artífice del logro más importante de la historia de Sportivo Belgrano (el ascenso a la Primera B Nacional en 2013), fue quien tomó las riendas del club el día después de la detención de Esser. “La noticia nos shockeó, fue una piña en seco, pero había que actuar rápido para defender al club y despegarlo del nombre propio. Debíamos demostrar que Sportivo no tenía nada que ver con todo eso”, sostiene el ex delantero, quien acredita un partido oficial en la primera de Boca (el 21de marzo 1999, 3-1 a Argentinos Juniors en cancha de Huracán) con Carlos Bianchi como DT y Juan Román Riquelme como compañero.

Esser ya había tenido una experiencia como presidente de Sportivo Belgrano entre 2003 y 2007. A sus primeras armas como dirigente del club de San Francisco las hizo como parte de la gestión de Balón SA, la firma con la que el empresario “K” santacruceño Carlos Granero ofició de mecenas. No sería el único. “Tribuna Centenario. Inaugurada el 29/08/2010 y construida gracias al apoyo del intendente municipal Dr. Martín M. Llaryora, socios y amigos del club”, reza la plaqueta ubicada a la par de la grada más moderna del estadio “Juan Pablo Francia”. Aseguran que fue el mismísimo actual alcalde capitalino quien por entonces frenó la intención mayoritaria de la dirigencia de bautizar al espacio con su nombre.

Cuando Granero desembarcó en Talleres, Esser lo acompañó como su hombre de más estrecha confianza. En los papeles era el gerente de Ateliers SA, la firma que obtuvo la concesión deportiva de la “T” luego de la quiebra dictada por el juez Carlos Tale el 28 diciembre de 2004.

Otro pelotazo en contra

El miércoles 23 de marzo, cuatro semanas antes del comienzo del juicio que concluiría con la condena de un ex presidente y un barrabrava de Sportivo Belgrano, en Tribunales Federales avanzaba otra resonante causa por narcotráfico que roza al mundo del fútbol. Darío Cáceres, el jefe de la agrupación de hinchas de Talleres conocida como “La Fiel”, se presentó en el Juzgado Federal N°2 y luego de declarar durante dos horas fue notificado de su detención. De inmediato fue trasladado a la cárcel de Bouwer.

Al barrabrava de la “T” se lo acusa de ser coautor de los delitos de organización para el comercio y el transporte de estupefacientes y venta agravada de droga, que tienen una pena mínima de seis años de prisión. La investigación salió a luz el pasado 18 de febrero, cuando la policía incautó, en uno de los accesos a Córdoba, un cargamento de 1.600 kilos de marihuana proveniente de Corrientes. Por este hecho hay otros 15 imputados, que también permanecen detenidos, incluidos otros integrantes de “La Fiel”.

Cáceres es uno de los líderes de la hinchada de Talleres que el 22 de mayo de 2013 fueron distinguidos con bombos y platillos en la Unicameral. “Las barras son un condimento indispensable para darle color y calor al fútbol, y por eso queremos rendirles este homenaje”, fundamentó Carlos Alessandri, por entonces presidente provisional del cuerpo legislativo provincial.

Dos años más tarde, se le aplicó la prohibición de ingreso a las canchas por amenazar a través de las redes sociales al presidente Andrés Fassi y otros miembros de la actual conducción del club de barrio Jardín. “Esa medida se fue flexibilizando. Desde seguridad de Talleres entienden que Darío es una persona con la que se puede dialogar y un instrumento para mantener la paz en las tribunas”, reveló el concejal capitalino de “Hacemos por Córdoba” Diego Casado, quien es además el abogado patrocinante de Cáceres.

Como parte de su estrategia defensiva en la causa que actualmente involucra al jefe de “La Fiel”, Casado pidió el apartamiento del fiscal Enrique Senestrari a través de un pedido de recusación que fue denegado en primera instancia y que hoy sigue su curso en la Cámara Federal de Apelaciones.

En los fundamentos del reclamo se menciona “la vinculación política que tiene el fiscal Senestrari con la agrupación kirchnerista Justicia Legítima, y la de Darío Cáceres, quien a través de sus seguidores ha servido de apoyo a las internas partidarias del radicalismo, como parte integrante del PRO y de Juntos por el Cambio”. También se argumenta que “Cáceres tuvo una relación cercana con un dirigente del kirchnerismo” y al respecto se puntualiza: “En un cierre de listas para formar parte de las candidaturas a diputados nacionales por el Frente de Todos hace algunos años atrás, los seguidores de aquel candidato más parte de hinchas de Talleres al mando de Cáceres, generaron tal presión a través de un apoyo masivo que terminaron imponiéndose y por ende bajando de la lista a Martín Fresneda, amigo de Senestrari e integrante de Justicia Legítima”.

Quienes conocen los movimientos de Cáceres y sus seguidores coinciden a la hora de ponerle nombre y apellido a los vínculos políticos citados: el ex intendente capitalino Ramón Mestre y el titular del Sindicato Único de Recolectores de Residuos y Barrido (Surrbac), Mauricio Saillén.

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