Deportes | violencia | Andrés Fassi | barras bravas

Violencia en el fútbol: Balas que pican cerca

Gerardo Liceaga, el diputado que impulsó la Ley en Contra de la Violencia en Eventos Deportivos en México, habla de los graves incidentes en Querétaro-Atlas y apunta contra Andrés Fassi. "Es el gen del problema", afirma sobre el presidente de Talleres y exdirectivo del Grupo Pachuca.

Por Hugo Caric

El periodista mejicano Gerardo Liceaga se define como “un tipo inquieto”. Aunque sigue ligado a los medios de comunicación como especialista en fútbol americano, le dedica la mayor parte de su tiempo al asesoramiento de políticos y a su nuevo rol de guionista, director y productor de cine.

Liceaga trabajó muchos años en la cadena Televisa y en la década pasada integró la Cámara de Diputados de México en representación del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Desde su banca, y como integrante de la Comisión del Deporte, fue el principal impulsor de la Ley en Contra de la Violencia en Eventos Deportivos, que se sancionó en 2014. “Hace ocho años el tema ya era grave”, le refiere a Marca Informativa Córdoba.

El exlegislador habló acerca de los graves incidentes que se produjeron el pasado cinco de marzo en el partido entre Querétaro y Atlas, por la novena fecha de la Liga MX, y que reflotaron el debate sobre las barras bravas en el país azteca. “Fue una masacre”, aseguró sobre los enfrentamientos que dejaron un saldo de 26 lesionados y que podrían tener relación con el millonario negocio del “huachicol”, el combustible robado y adulterado.

Liceaga cuestionó al mandamás de la Federación Mexicana de Fútbol, Yon de Luisa (“Cuando fue presidente del América, se opuso a varios puntos de la ley”), y señaló al actual titular de Talleres Andrés Fassi, quien se desempeñó durante 25 años como directivo del Grupo Pachuca, como “el gen del problema” de la violencia en las canchas de fútbol de su país.

Liceaga UNO.jpg
Gerardo Liceaga es periodista e integró la Cámara de Diputados de México en representación del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Gerardo Liceaga es periodista e integró la Cámara de Diputados de México en representación del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El padre de la criatura

“Es evidente que se relajó la disciplina”, sostiene Liceaga al analizar los graves episodios que tuvieron como escenario el Estadio La Corregidora. “La ley contra de la violencia en los eventos deportivos es de observancia en todo el país, pero si no la aplicas es letra muerta”, puntualiza. “Las sanciones de la Federación Mexicana de Fútbol han sido muy débiles y quien ahora tiene el problema en sus manos es el gobernador de Querétaro. Si no llegan al fondo de la cuestión, no van a solucionar nada”, destaca.

-¿Qué eficacia tuvo la aplicación de la ley que se sancionó hace ocho años?

-Los episodios de violencia bajaron un 47% desde entonces. Antes había golpizas en casi todos los partidos y hasta tiros. Los hinchas estaban acostumbrados a que podían golpear o lesionar sin mayores consecuencias, porque el ministerio público hacía su ‘negocito’ y los dejaba ir pagando una multa. Ese monto era muy inferior al valor de los daños físicos y sicológicos que provocaban, y los destrozos materiales que ocasionaban. Estuvimos un año y dos mees trabajando en el proyecto de ley. Se armó un equipo multidisciplinario, recabamos información sobre cómo había hecho el Reino Unido para frenar a los hooligans y también tuvimos mucha colaboración de Argentina, Uruguay, Colombia, Chile y Brasil, países con un historial importante en la materia. La ley concedió a cada personaje diferentes actividades, autoridades y límites, y se aumentaron las penas. No fue una tarea sencilla lograr un consenso: Yon de Luisa, que en ese momento era presidente del América, se opuso a varios puntos, sobre todo a los que tenían que ver con la responsabilidad de los dueños de los clubes.

-Hablando de dueños de clubes. ¿Sigue sosteniendo, tal como lo hizo en 2014, que el gen del problema de las barras se llama Andrés Fassi?

-Efectivamente. Y no sólo lo digo yo. Las barras no existían en el fútbol mejicano. Aquí teníamos las porras y lo único que se gritaba en las tribunas era aquello de ‘una porra para fulanito de tal…’. El fútbol era la salida familiar del fin de semana; en vez de ir al campo se iba a la cancha y la gente se mezclaba en las tribunas sin problema alguno. De repente, apareció Andrés Fassi y no sé por qué motivo no le gustaron las clásicas porras y propuso traer los aquí llamados ´grupos de animación´, lo que en su país se conocen como barras. Fassi exporta a esos personajes que enseñan a cantar pero que a la vez empiezan a convertirse en un grupo de guerreros que defienden de muy mala manera los colores de un equipo. Ahí nació la ‘Ultra Tuza’, que era un grupo violento. Eso les encantó a los otros clubes y empezaron a formarse las barras en América, Pumas, Cruz Azul… Nunca nos percatamos de que los grupos de animación estaban cambiando, hasta que se dio la primera bronca grande en un partido de Segunda División entre San Luis e Irapuato. Eso fue una carnicería, algo terrible. Hoy todos los clubes tienen barras, o casi todos. ‘La Perra Brava’ del Toluca y ‘La Tito Tepito’ del Atlante son las únicas familiares. Se echan sus drinks, pero no agreden a nadie y son dicharacheras. No están diseñadas para golpear; más bien diría que lo están para recibir.

-En su oportunidad, Fassi argumentó que su intención fue darle al sentimiento de los hinchas “un giro de pasión”.

-Sí. Un giro que no pudieron detener nunca. Los primeros grupos de choque lo tuvieron ‘Los Tuzos’. Ellos fueron los primeros en sacarse los cinturones y dejarles las hebillas cortas para usarlos como armas, y también en eso de cuidarse espalda con espalda para defender sus espacios. Hoy la ‘Ultra Tuza’ está mucho menos agresiva y tiene un rol más proactivo con la sociedad. A sus integrantes hasta se los ve entregando sillas de ruedas o canastas alimenticias a gente que lo necesita, pero eso se debe exclusivamente al esfuerzo de Jesús Martínez, el dueño del Grupo Pachuca.

-¿Tuvo la oportunidad de hablar con Fassi?

-Nunca. En su momento invitamos a todos los directivos para participar del debate sobre el armado de la nueva ley. Me reuní con mucha gente del fútbol, pero no tuve contacto con Fassi ni con nadie del Pachuca.

-¿Qué concepto tiene de este dirigente?

-Andrés (Fassi) fue uno de los más beneficiados por el crecimiento brutal que tuvo Pachuca. Él hizo toda su fortuna en México, con la ayuda de los gobernadores de turno del Estado de Hidalgo, que en su mayoría fueron súper-futboleros e hicieron grandes negocios con el Grupo. El mismo Jesús Martínez lo decía: “Fassi ha hecho muy buena ´lana´ aquí con nosotros”.

-¿Le sorprendieron las sanciones que aplicó la Federación Mexicana?

-Estoy verdaderamente asombrado. Tenían la gran posibilidad de hacer desaparecer al menos una barra, en este caso ‘La Albinegra’ del Querétaro, y lo único que hicieron fue prohibirles que vayan a los partidos de visitante y suspenderles por tres años el ingreso a ‘La Corregidora’. Lo que pasó esta vez fue muy serio. Aquí nadie lo va a decir abiertamente, pero la participación de México como sede del Mundial 2026 se analizó y estuvo en serio riesgo, ya que la FIFA no quiere violencia en sus torneos.

Fassi y “un giro de pasión”

Abocado de lleno a la búsqueda de un nuevo entrenador para Talleres, Andrés Fassi limitó el contacto con la prensa la semana pasada. De todos modos, su alegato respecto al tema de las barras bravas en México puede encontrarse en un archivo de video de una entrevista televisiva de 2014. “Quisimos darle un giro de pasión a ese sentimiento que baja de las gradas, porque se dio una situación especial. En una final que Pachuca perdió ante Celaya en 1995, el público no había podido ayudar al equipo a conseguir el objetivo (NdR: ascender a Primera), como sucede en otros lugares donde ‘el Jugador Número 12’ tiene mayor incidencia. Decidimos innovar, vino gente de Costa Rica para armar el grupo de animación, cuyos integrantes están todos credencializados, y logramos que el fútbol se viva en familia pero con una mejor pasión de la gente”, aseguró.

Fiel a sí misma

Una de las primeras acciones de gobierno de Fassi en Talleres, luego de ganar las elecciones hace ocho años fue la designación del polémico ex jefe policial cordobés Ramón Frías para intermediar entre el club y la barra “La Fiel”, que tiene frondosos antecedentes en episodios de violencia y hechos delictivos. “Queremos integrarlos en un marco de diálogo y respeto”, declaró el dirigente en alusión a “los muchachos del tablón”.

Un par de semanas atrás, la facción dominante de la hinchada de Talleres fue noticia en las páginas de policiales. Varios de sus cabecillas fueron detenidos en el marco de la causa que se abrió tras el secuestro de un cargamento de 1.650 kilos de marihuana que provenía de Corrientes.

Dejá tu comentario